Hay algo mágico que me me llevó a descubrir este disco entre los estantes de la secciòn de música del Corte Inglés haya por el mes de septiembre de 1982.
Aquella tarde deambulaba por las calles próximas al Instituto Goya, después de enterarme que por culpa de un ególatra de las matemáticas, tenía que repetir el segundo curso de BUP. Aquel impresentable, de cuyo nombre no quiero acordarme, se vanagloriaba de tener en su expediente los mayores índices de suspensos y de ello daba muestra su sonrisa cínica, que ami me llevo a odiar una asignatura, que sin duda en manos de otro mentor hubiese sido algo más gratificante.
Tras meditar cómo afrontar el hecho luctuoso y bochornoso de tener que repetir, opté por acercarme a dar una vuelta a ese centro comercial que por aquel entonces, lo era todo junto con otras tiendas que jalonaban la ciudad y que poco a poco fueron desapareciendo. Después de ir moviendo con ansia digital, aquellos discos uno a uno, llegue al índice alfabético de la M, donde descubrí por azar, una portada que representaba: una mariposa atrapada por un liquido próximo al mercurio o al platino y que daba una muestra de como me sentia ese dia: atrapado en un charco de tristeza e impotencia.
Para mi sorpresa, se trataba de un disco de un Músico del que ese año me había hecho ferviente seguidor, después de escuchar parte de su música en una audición en el Instituto donde quede extasiado, disfrutando de el último disco que había publicado: Five Miles Out.
Un cúmulo de recuerdos se mezclan en mi cabeza y no tengo claro: si llegue a haber digerido en su totalidad la primera obra seminal y millonaria de Mike Oldfield. Pero lo que realmente me atrapó, como aquella mariposa, era la fuerza visual de esa maravillosa portada, sin ni siquiera haber escuchado el disco.
Cuando llegue a casa y tras pasar el trance de tener que decir a mi madre (quien seguramente me consoló, viendo el empacho y la rabia que reflejaba mi rostro) la fatídica noticia de mi descenso a los infiernos educacionales, me dirigi al salon donde estaba aquella torre de babel Musical en la que coloque la primera cara del LP.
Empezaron a sonar aquellos primeros simples y eléctricos sonidos procedente de un teclado, para enganchar un punteo magistral y pegadizo de Mike… y aquella increíble Música instrumental, se convirtió en ese bálsamo que al mismísimo Hidalgo le levantase de su asiento, para esta vez coger su lanza y convertirla en una guitarra con la que airguitarrear ese sonido adictivo, que salía de aquellos potente altavoces y así exorcizar toda esa mala hostia contenida y convertirla en algo positivo
Las trompetas iniciales de este tema, dan paso a un bajo y una batería aproximando este disco a sonidos más funkies y incluso jazzísticos, que lo hacen incluso apto para ser puesto en una discoteca, mal que les pese a los puristas y amantes de aquellos otros sonidos más folkies y instrumentales de sus anteriores discos.
Tras terminar la primera cara con una versión impecable de uno de los músicos más influyentes de Oldfield, Philip Glass «North Star»,se abre la segunda cara con: Woodhenge, un tema más tranquilo y próximo a su anterior disco Incantations, adquiriendo esta segunda parte del disco un tono más sosegado, que solo es roto por un tema con el que Oldfield se quiso reír a su manera, del modo que estaba aterrizando el género del Punk, en el propio sello musical que el ayudó a crear y hacer famoso. En mi opinión, este uno de esos temas que muchas aficiones futbolísticas pudiesen querer tener para corear y que incomprensiblemente no ha sido recuperado en incontables recopilatorios del genio.
La portada fue creada por Trevor Key que se hizo más famoso por crear también, la mítica campana retorcida
y que esta vez utiliza el truco de iluminación para engañarnos y convertir un pequeño charco de agua en platino. Algo parecido a esos trucos que utilizan los iluminadores, para hacer que la lluvia se viese mejor en pantalla; como en la mítica secuencia de Bailando bajo la lluvia, donde todavía hay quien cree que se trataba de leche.
Así pues, Gene Kelly y el compositor G. Gershwin, me llevan a cerrar la entrada de hoy con la conexión que he encontrado con una secuencia de la maravillosa película: «Un americano en París» con el último tema que cierra Platinum y la versión a menos revoluciones que hace Oldfield con su intérprete: Wendy Roberts de «I got Rhythm».
Es una gozada ver al bueno de Gene ejercer de improvisado profesor capaz de ganarse la sonrisa y las ganas de aprender de los niños todo lo contrario de aquel olvidable profesor de Instituto que me tocó padecer.
Misterios sin resolver
La canción de «Sally» aparece impresa en la copia del disco que compre ese año, pero no corresponde con la otra canción «Into Wonderland» que es la que realmente suena. Al parecer, aun siendo una canción de corte humorístico que recupera una parte rítmica del primer tema «Airborne» de la primera cara, al propio Richard Branson no le gustaba lo suficiente, pese a saber que era una canción dedicada a la que era por aquel entonces, mujer de Mike y que es intérprete del tema.
Sólo los que tienen algunas de esas primeras ediciones conservan un tesoro que yo espero encontrar algún día.
Os dejo este enlace, de unos apasionados como yo de este genio » Tertulias Oldfield» en el que examinan y exploran con mayor detalle y mucho humor esta joya musical de la que se cumplen 40 años de su publicación.
Gran homenaje el que has hecho con este disco, Vidal, y te ha quedado una portada de lo más creativa, quien sabe a lo mejor le gusta a Mike Oldfield para futuras reediciones. Tu proceso de compra y descubrimiento del disco me ha hecho recordar momentos similiares; yo solía ir a Madrid Rock o a Discoplay y, efectivamente, muchas veces he comprado discos dejándome guiar por la portada, el grupo o el estilo que intuía me podría gustar. Eran otros tiempos … Saludos.
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Gracias Raúl, el disco lo tengo bastante machacado de escucharlo, porque no me canso, aunque tengo la versión en cd de luxe qué se escucha mejor.
. El año pasado compré otro lp con la portada en buen estado y lo voy a enmarcar… Ya sabes si encuentras uno con la canción Sally a buen precio… Pillalo… Saludos
.
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Tomo nota, nunca se sabe lo que te puedes encontrar por ahí …
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Me ha hecho gracia cómo lo cuentas, será porque yo también tuve que repetir un curso y me ha recordado a aquellos momentos.
Lo de dejarse guiar por las portadas me temo que se ha perdido, ahora ya nos guía Spotify.
Aunque los vinilos se han puesto de moda otra vez.
Un saludo, Vidal
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Vaya entonces tu si que me entiendes, aunque visto con el tiempo no fue tan trágico y me permitio compartir el siguiente curso con mi hermano, hasta qué le paso a él lo mismo y sufrió la misma maldición sl tener al mismo inefable profesor, todo hay que decir que ese instituto tenia fama de duro… Saludos
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